Este consagrado dúo, está integrado por los hermanos Eduardo y Danilo Miño Naranjo, ambateños de nacimiento y artísticamente constituídos en Quito, en donde residen.
Luis Eduardo, nació el 17 de diciembre de 1937 y Héctor Danilo, el 3 de noviembre de 1938. Proceden de una familia vinculada a la música, casi todos cantan en ella.
En su ciudad natal, los hermanos Miño Naranjo se iniciaron artísticamente; primero en actuaciones de aniversarios familiares y en los actos sociales de la escuela donde estudiaban.
Al trasladarse a Quito tomaron contacto con el Sr. Gustavo Herdoiza, Director-propietario de “Radio Tarqui”, quien los incentivó a realizar presentaciones como artistas e interpretando música ecuatoriana en su popular radioemisora.
El maestro Segundo Granja Almeida, perteneciente al grupo de Luis Aníbal Granja, preparaba en Quito a dos jóvenes estudiantes del Colegio Benalcázar que nacieron en Ambato (1959). Para entonces, los Potolos Benitez y Valencia como eran familiarmente conocidos Luis Alberto Valencia y Gonzalo Benítez, mimados de Quito, eran ídolos populares. La creación del dueto de los hermanos Miño Naranjo, constituyó todo un reto con un público totalmente fanático del dúo “Benitez y Valencia”.
El debut en la Unión Nacional de Periodistas resultó un capítulo aparte de los ya conocidos del folclor ecuatoriano.
La frescura de sus voces bellísimas fue galardonada con un significativo trofeo, en el Coliseo Julio César Hidalgo ”EL ATAHUALPA DE ORO”.
El ingreso a la popularidad en escenarios quiteños, para nuevos artistas resultaba un verdadero reto, una misión casi imposible, al tener que competir con los aplaudidos del público capitalino, como eran los mimados e inigualables “Benítez y Valencia”, a quienes cariñosamente los llamaban “Los Potolos”.
Sin embargo, los jóvenes y noveles artistas: Eduardo y Danilo Miño Naranjo hicieron su debut en las radioemisoras quiteñas, el público que los escuchaba se llenaba de emoción y los aplaudía; sobre todo, reconocía en el flamante dúo: un arpegio de melodiosas voces, llenas de sonoridad y estilo inconfundible; con el cual, se fue familiarizando el público ecuatoriano hasta haber conseguido enraizarse con profundidad en sus entrañas y especialmente en el alma, en el sentimiento y en el corazón de un público que se ha vuelto incondicional con el ya tradicional y prestigioso dúo de los Hermanos Miño Naranjo.
El gran salto a la fama internacional, les llegó (1964), cuando en el II Festival de la Canción Iberoamericana, el dúo ecuatoriano de los Miño Naranjo, alcanzó un importante reconocimiento por su estilo inconfundible, y al interpretar la bella y sentida melodía: “Tu y Yo” (pasillo).
El pasillo “Tú y Yo”, fue creado por el jurisconsulto y poeta azuayo: Dr. Manuel Coello Noritz y la música corresponde al laureado compositor (también azuayo) Francisco Paredes He- rrera, quien la compuso el 23 de mayo de 1933, en homenaje a la dama cuencana Virginia León Becerra; quien después fue su esposa.
La melodía fue interpretada por el dúo de los “Hermanos Miño Naranjo”, en la II Feria de la Canción Iberoamericana, en Barcelona (España, agosto 1964) Este certamen, es considerado la antesala de lo que se constituyó más tarde en el Festival “OTI”, que con tanto prestigio se mantiene hasta la actualidad.
Por su estilo y la popularidad alcanzada por los “Hermanos Miño-Naranjo”, en dicho festival internacional, el prestigio se puso de moda lo cual dio inicio a una agitada como aclamada vida artística a lo largo del territorio nacional y en el exterior, cumplieron varios compromisos. El prestigioso dúo viajó también por países americanos, E.U.A., España, etc.
Con la inesperada muerte del popular “Potolo” del dúo “Benitez y Valencia” y ante la inminente desaparición del célebre dúo; a los Hermanos Miño Naranjo se los consideró como los verdaderos y auténticos sucesores del tan popular y aclamado dúo quiteño como eran considerados los “Benítez y Valencia”.
Europa y Asia recibieron con entusiasmo al ya prestigioso dúo de los “Hermanos Miño Naranjo” y los aplaudió con delirio y los aclamió por la textura de su voz fresca y melodiosa. La producción discográfica es grandiosa para varios sellos nacionales e internacionales; para el sello “ONIX”.
Grabaron una importante y significativa colección titulada “Canciones de América”, con temas del pentagrama ecuatoriano y ritmos del folclore latinoamericano; en el Festival “OTI”- Internacional, realizado en Miami, alcanzaron una respetable actuación, con el tema “Mi campesina”, inspiración del compositor guayaquileño, Ab. Luis Padilla Guevara.
Los 53 años de vida artística que tiene este dúo ambateño representan un modelo a seguir para las nuevas generaciones de cantantes. Siempre han llevando una carrera sana y pulcra, libre de cualquier escándalo. Tanto Eduardo como Danilo coinciden en que las enseñanzas de sus padres (que en paz descansen) han sido la fortaleza que los ha acompañado en cada momento de sus vidas. “Nos ha costado mucho sacrificio llegar hasta este pináculo (cima) en el cual nos seguimos manteniendo. Bendito sea Dios, y bendito sea el cariño de nuestros compa- triotas, tanto dentro como fuera del país”, señala Eduardo Miño Naranjo. Defensores de la música nacional
Desde que iniciaron su carrera artística, el dúo ha sido considerado como los embajadores del canto ecuatoriano.
“Nuestra música no es que ha muerto. La variación de ritmos con la que se la ha distorsionado ha hecho que la gente se aleje de ella. Bendito sea Dios porque con nosotros no sucede eso, y tenemos a 4 generaciones unidas en cada escenario al que asistimos”, asevera el mayor de los hermanos.
Ambos están de acuerdo en que hay que inculcar amor a la Patria, y esto se lo hace queriendo a los símbolos patrios, “y naturalmente a la música ecuatoriana, y no estar imponiendo ritmos foráneos a las letras y melodías de nuestros compositores”, expresa enfáticamente Eduardo. Sus voces intactas los años han perfeccionado las voces de estos grandes artistas ecuatorianos, tanto así que la puesta en escena de este dúo sigue siendo magistral.
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