Media docena de músicos radicados en Madrid dan forma a La Bruja Gata en el verano de 1999. Esta feliz alianza nace como respuesta a la aburrida dialéctica imperante según la cual la música de raíz sólo puede ser tradicional o renovadora.
La conexión gatuna arranca del encuentro entre el acordeonista Javier Palancar y el clarinetista José Ramón Jiménez, que coincidieron en una banda "Lamórrigan" de efímera existencia en el circuito nocturno madrileño. En
aquella formación también se encontraba Antonio Melero, y los tres supieron encontrar las piezas que faltaban para cerrar el mágico hexágono. El cuarto vértice lo sustentaría Rafa Martín, miembro fundador de "La Musgaña" y uno de los mejores intérpretes de zanfona del país. Los otros dos corresponderían a intérpretes de solvencia rítmica inusual: el bajista Roberto Ruiz y el guitarrista Javier Barrio, personaje muy querido en su Segovia natal como uno de los más grandes dulzaineros de aquellas tierras.
La conexión gatuna arranca del encuentro entre el acordeonista Javier Palancar y el clarinetista José Ramón Jiménez, que coincidieron en una banda "Lamórrigan" de efímera existencia en el circuito nocturno madrileño. En
aquella formación también se encontraba Antonio Melero, y los tres supieron encontrar las piezas que faltaban para cerrar el mágico hexágono. El cuarto vértice lo sustentaría Rafa Martín, miembro fundador de "La Musgaña" y uno de los mejores intérpretes de zanfona del país. Los otros dos corresponderían a intérpretes de solvencia rítmica inusual: el bajista Roberto Ruiz y el guitarrista Javier Barrio, personaje muy querido en su Segovia natal como uno de los más grandes dulzaineros de aquellas tierras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario