Partiendo de sonidos flamencos, aunque sin dejar de lado ecos de jazz o de pop, el disco tiene a la guitarra como protagonista principal, aunque bien acompañada de piano, percusión, bajo, mandolinas o vihuela, entre otros instrumentos. El trabajo contiene una decena de composiciones intimistas y resplandecientes (incluyendo una versión de Take Hearth del guitarrista americano Ralph Towner), con una idea sobrevolando sobre ellas: la de que todos somos transeúntes en esta vida y por ello hay que aprovecharla al máximo.
fuente: diariofolk
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