Venezuela denuncia «descarado robo» de buque petrolero por EE.UU. en el Caribe - teleSUR
jueves, 11 de diciembre de 2025
JAZZ CALÓ: Brazo de Gitano
Jazz Caló
Kamala 2025
En un panorama donde la palabra “fusión” parece haberse vaciado de sentido por el abuso, aparece Jazz Caló para recordarnos que mezclar lenguajes solo tiene valor cuando detrás hay verdad, oficio y riesgo. El encuentro entre Antonio Serrano y Kaele Jiménez cumple con creces esos requisitos: uno, un maestro absoluto de la armónica con décadas de exploración a sus espaldas; el otro, un pianista autodidacta de apenas veintitantos que toca con la frescura de quien aún no ha aprendido el miedo. Juntos abren un territorio propio, íntimo y expansivo, donde el flamenco respira como si el jazz fuera su casa de siempre.
El disco arranca con Islazul, un guiño inesperado que funciona como declaración estética: compás flamenco, aire latino y un diálogo entre armónica y piano que se mueve con la naturalidad de quienes se entienden sin hablar. La percusión de Israel Suárez “Piraña” aparece como un latido que empuja, redondea y suelta chispas. En cuanto suenan las primeras frases del piano de Kaele, queda claro que estamos ante un músico de intuición feroz y manos tan ágiles como expresivas.
La reinterpretación de Cai, de Alejandro Sanz, confirma la elegancia del proyecto: Serrano transforma la melodía en un canto sin voz, mientras Tino di Geraldo —productor y buen arquitecto del sonido global— sostiene la escena desde la percusión con ese tacto tan suyo que hace parecer fácil lo que no lo es. Y cuando entra Callejón del sueño, homenaje a Parrita, el grupo se sumerge en un pulso rumbero que nunca cae en tópicos, con Carles Benavent dejando su sello desde el bajo.
Hay momentos de una belleza desnuda, como Bolero de Vicente, donde la música de Vicente Amigo se despliega con una delicadeza que parece suspendida en el aire, o Evocación, uno de los temas propios, que mira hacia la tradición española sin recurrir a lugares comunes. En Guitarra mía, el guiño a Atahualpa Yupanqui da pie a un cambio de colores: Kaele combina piano y teclados, introduciendo una paleta de timbres que acerca el universo del disco a una suerte de jazz fusión transparente y sin artificios.
La visita obligada a Paco de Lucía llega con Río ancho, probablemente uno de los puntos más emotivos del álbum. La presencia de Javier Colina al contrabajo no solo aporta hondura, sino ese equilibrio que solo los músicos con verdadera escucha interior saben ofrecer. Todo fluye sin exageraciones, sin tensión forzada: simplemente música caminando en su sitio.
Entre los temas más juguetones destaca Brazo de gitano, una composición propia donde el cuarteto muestra su versión más luminosa. La velocidad y precisión de Serrano contrastan con el desparpajo de Kaele, que parece disfrutar del riesgo.
No falta el acercamiento a Giant Steps, reimaginado con humor y libertad, como si la pieza de Coltrane se plegara con gusto al compás flamenco. Alma de mujer, de Chano Domínguez, suena como un abrazo entre Cádiz y Nueva Orleans; La Tarara se transforma en un paseo juguetón sin perder su aroma ancestral; y Canción de amor, de Joan Albert Amargós, alcanza un lirismo casi camerístico.
El cierre con Take the “A” Train es un fin de fiesta en toda regla: palmas, teclado eléctrico y una energía que celebra tanto el jazz como la bulería. Un cruce imposible en teoría, natural en estos músicos.
Jazz Caló no es un intento de unir dos mundos: es la prueba de que, cuando el talento y la escucha mutua coinciden, no hay fronteras que defender. Antonio Serrano, recién reconocido con el Premio Nacional de Músicas Actuales, firma aquí uno de los trabajos más inspirados de su carrera. Kaele Jiménez, por su parte, confirma algo que se venía intuyendo: estamos ante un músico llamado a cambiar cosas.
El resultado es un disco de madurez y descubrimiento, de raíces y curiosidad, de tradición y presente. Ojalá sea solo el primer capítulo de una aventura larga. Porque cuando la música suena así de libre, uno solo puede pedir más.
miércoles, 10 de diciembre de 2025
ARGENTINA: Buby González /Si fueras
Después de sus dos álbumes anteriores –El de la lanza (2023) y Flor y semilla (2012)– el cantautor argentino Buby González decidió desmarcarse un poco de los aires folclóricos que impregnaban su producción para decantarse por un estilo más intimista en cuanto a la orquestación y los arreglos, pero sin perder el énfasis en su fuerte: el vuelo poético de las letras. De hecho, sólo hay un tema folclórico en su nuevo trabajo discográfico: El duende de La Quebrada, que homenajea al lugar donde vivió en los últimos años, la provincia de Salta, y donde ejecuta el bombo Ale Gil y aparece al bandoneón el maestro Juan Carlos Marín.
En Utopías, Buby se dio el gusto de volver a grabar el tema Si fueras, que ya había incluido en su álbum anterior, pero esta vez con el aporte enriquecedor de dos grandes de la música popular argentina: el guitarrista Jorge Giuliano y el cantor Negro Falótico.
Todos los temas de Utopías fueron creados en letra y música por Buby González, quien ejecutó también todas las guitarras, excepto en el tema señalado.
Buby tocó además el trombón en Lo que nos queda del amor, donde contó con la voz de Victoria Sosa, el contrabajo de Bebe Hormaechea y el piano de César Ferreyra, mientras que en El barriletero (como llaman en la Argentina al vendedor de cometas) ejecutó el cuatro portorriqueño. Los aportes de músicos invitados se completan con Cacho Ferreyra ejecutando el saxo soprano en Volviendo a casa y Mariano Céspedes a cargo de los violines en La razón y el milagro.
Buby Gonzalez es un cantautor y guitarrista oriundo de San Martín, en la periferia de la ciudad de Buenos Aires, pero su formación musical estuvo originalmente marcada por su pertenencia a una familia santiagueña, que le inculcó el espíritu del folclore.
A los 15 años comenzó a componer sus propias canciones, aunque atraído por el fenómeno del rock argentino de esos años. Ha integrado varios grupos y tomado contacto con artistas de diversos géneros, abordando clásicos del cancionero popular y obras de su propia autoría.
En el año 2013 editó su primer álbum con obras de su autoría y la dirección musical de Goyo Álvarez Morales, con quien desde entonces ha venido presentándose en distintos escenarios de Buenos Aires y otras ciudades argentinas.
Algunas de sus obras han sido interpretadas por conocidos artistas de la escena folclórica nacional como José Simón, Leo Garzón y Mónica Abraham. El festival Mayor de Tango y Folclore de General Belgrano, que se celebra en esa localidad de la Provincia de Buenos Aires, tiene como tema identificatorio una obra de Buby González, La chacarera del Festival, con la cual se da apertura a todas las noches de ese evento.
fuente: diario folk
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